En éstos últimos años, mucho se ha hablado acerca de los
denominados "Síntomas del Despertar", sin embargo, pocos conocen
realmente de que se trata y su significado más profundo.
Existen numerosas consultas de las más variadas, referentes
a síntomas físicos, emocionales, modificación en las relaciones personales,
percepciones fuera de lo común, visiones, sueños, fenómenos, y un largo
etcétera.
Antes que nada, debemos aprender a diferenciar cuáles pueden
ser los síntomas propios de un proceso interno, a los problemas
circunstanciales que pueden no estar relacionados a éste tipo de cambios
personales como producto de una verdadera transformación interna.
Por ejemplo, una joven se comunica describiendo una serie de
síntomas que corresponden a un derrumbe emocional. Esto puede corresponder a
los síntomas de los que hablamos, sin embargo, cuando se indaga, comunica que
el día anterior ha terminado su relación con su novio.
Como ven, los síntomas pueden ser similares, sin embargo la
causa, en éste caso y en primera instancia, no tiene nada que ver con un
episodio energético de las características de las que nos referimos en éste
espacio.
Los Síntomas de los que hablamos, llevan consigo una
profunda reorganización interna y externa, que en general, va acompañada con
malestares de todo tipo, sean éstos del tipo físico, emocional y/o cambios de
tipo social.
El proceso y la manera de percibirlo de cada uno, es algo
muy personal, pero lo cierto es que cada vez son más las personas que los están
percibiendo y es preciso estar informados para comprender cada etapa de éste
proceso.
Aquí podrás encontrar mucha información disponible y en
diferentes niveles de complejidad, pues es necesario entender desde los niveles
más sencillos a los más profundos, de qué van todos éstos cambios. Una persona
que recién comienza con los síntomas y no conoce nada de energías, no está en
el mismo nivel que otra que hace tiempo que permanece con su proceso y ya ha
expandido su conciencia de manera tal de que todo su sistema está preparado
para recibir nueva información.
Recuerda, la información es energía y viceversa, pero tus
células deben estar preparadas para poder incorporarla. Hacia allí vamos.